Niña, desde aquél momento en que llegaste a mi vida supe que
nada volvería a ser igual, tu mirada, tu sonrisa, tu cabello y tus ojos
llenaron de alegría a este vacío corazón, por un momento me ilusionó encontrar
a la mujer perfecta, pero también en mí nació el temor de perderte, no sabría
qué decirte. Hoy esta carta es para jugarme el todo por el todo, para decirte
lo que siento, no traje conmigo la poesía que te encanta, traje a este corazón
que quiere expresarte día con día lo mucho que vales.
Tengo la sensación de estar perdido en la mirada, en tus
días, en la brisa del campo que libera en las mañanas las más tiernas caricias,
cuerpo de mujer, deseo de libertad, de sentirse amado, todo esto es para ti.
Ese desayuno en la playa, esa velada a la luz de la luna, mientras platicamos
de miles de cosas sin sentido porque ese es el punto, sólo dos locos enamorados
pueden darle sentido a lo que no se entiende, pueden levantar de la cama a la
pereza, pueden hacer valiente al miedo, el amor todo lo puede y todo libera.
No espero que me agradezcas por mi gentileza, si se podría
decir así, te agradezco yo a ti por haber entrado en mi camino, y mostrarme esa
bella sonrisa que ilumina el amanecer, y gracias por la confianza que me
brindas y el permitirme estar a tu lado.
Bolaños Gutiérrez
Bolaños Gutiérrez José Roberto (escrito en 2006, editado 12/Agosto/2014)
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