Este no es un poema,
Tampoco un dialogo,
Es una historia lejana,
Que cuando la recuerdo me parte el alma.
Era una tarde de primavera, conocí a aquella chica que
cambió mi vida por completo.
Tardes pasaron por mi ventana, esa chica seguía pasando por
el mismo lugar, Volteaba a mi casa, me buscaba y cuando me veía me sonreía, yo
salía al jardín a buscarle y ella ya no estaba, mi interés en ella crecía poco
a poco, supo matarme de incertidumbre.
Los días siguientes los pasé en la silla en la que me siento
a ver las mañanas, hora inusual porque esa vez lo hice por la tarde, esperé
paciente a su llegada, pero ella nunca apareció, me incomodé, no pude dormir.
A la mañana siguiente ella tocó a mi puerta, se disculpó por
sus modos de actuar, comprobé que a ella también le pasaba, desde aquél día en
parque que la pienso y espero que ella lo haya hecho también. Me entregó una
carta y después me besó, con lágrimas en los ojos se despidió.
Hola,
Sé que esto es raro
para ti, desde hace tiempo he querido decirte que siento cosas por ti, aquella
tarde de la que tanto pienso es en la del parque, seguro que tu también, sin
embargo, lo que te tengo que decir es difícil de creer.
La tarde de ayer,
mientras miraba hacia tu ventana, me comencé a sentir mal, así que tuve que ir
al hospital para saber que pasaba, por desgracia nadie pudo atenderme, me caí y
me golpeé en la cabeza con un escalón, para mí causa todo fue desafortunado, me
tocó pasar al mundo intangible.
Antes de que comiences
a buscarme, déjame decirte que no me encontrarás, supe que estaba enamorada de
ti y espero que tú también de mí, aquella tarde en la que morí estaba segura de
que te lo haría saber, pero no se pudo, te mando besos desde el más allá y un
nunca me olvides para variar.
Lamento que esto esté
pasando, tampoco estaba previsto, lo siento y ahora tengo que descansar, aquí
en el cielo te esperaré con los brazos abiertos, quiero sentir el calor de tus
abrazos, la dulzura de tus labios y la seguridad que tendré cuando te tenga de
nuevo a mi lado.
Hasta la fecha sigo esperando ese momento venidero, y estoy
seguro que ella también lo está esperando, mientras tanto, veo el amanecer
acompañado con una rica taza de café.
Bolaños Gutiérrez José Roberto (28/Agosto/2014)
De Tu Mano.
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