Triste por la muerte de mis letras
En agonía se encuentra mi pluma
Desconocí entonces la gravedad del asunto
Las palabras ya no me salían
En mi pluma un poema roto que esperaba paciente
En mi mirada la perdición de aquél mundo hermoso
En mis manos ese toque de desesperación
En el papel sólo letras en el renglón.
De dolor también el poeta sufre
Si su pluma muere, él no la reemplaza fácilmente
Si sus palabras no son plasmadas se las lleva el viento
Se pierden en la memoria, se queman den la desesperación
Esta es la pesadilla del poeta
La que llega por los días y se pierden en las noches
Pesadillas al mediodía, tormentos de la tarde
Esperanzas rotas que la luna compone
Sueños que se pierden en el abismo
Sueños que ya no me hacen ser el mismo
Vacío de una mente brillante
Presente de un futuro no tan distante.
Con esa pluma puesta en el papel
Una poesía pensaba componer
Pero ya no está, se le acabó la tinta
Y todas mis palabras se hicieron “la pinta”.
Mi mente salió de vacaciones
Me dejó un papel marcado con ilusiones
Más bien con pesadillas y decepciones
Esta mi pesadilla, esta rompecorazones.
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