No hay nada que calme esta tormenta
Tu sombra aparece cuando tu cuerpo se
ausenta
Puedo escuchar tus pasos en el corredor
Salgo de inmediato pero sólo hay rastros de
dolor.
Y ahora este cuarto oscuro al que llamo
habitación
Brillan los pedazos de cristal de mi triste
corazón
La taza de café sigue en el mismo lugar
Con el mismo líquido que dejé ese día
Ese vital aroma que me causaba alegría
Hoy es mi condena
Ahora no me puedo quitar las cadenas
Ya no soy quién fui contigo, ya no sé si
sonreír.
Ya no sé si veré el amanecer por mi ventana
Ya no sé si querré despertar,
Ya no sé si soy yo
Me queda claro que nunca lo he sido.
Que el cielo se llene de estrellas
Ya no me importa,
Que la vida me regale flores
Yo las dejaré morir
Así como a ti
Que te dejé partir.
Bolaños Gutiérrez José Roberto (15/Octubre/2014)
De Tu Mano.
Foto:
zyjwiecej.pl
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