Mi país es uno de los que más color tiene, más tradición,
mayor cultura y uno de los más visitados a nivel mundial; un país que recibe
año con año con los brazos abiertos a millones de turistas que deciden por este
bello lugar.
Sin embargo, hoy voy a hablarles del otro México, aquél utópico
en el que nuestros gobernantes (actuales y anteriores) siempre han vivido.
En ese México de chocolate nuestro sistema de salud es de
primer nivel, la atención a los derechohabientes siempre es oportuna y los
medicamentos siempre están garantizados, pero la realidad indica otra cosa, los
niños con cáncer carecen de medicación y muchas muertes se dan por la pésima
atención en un sistema de salud precario y alcanzando niveles insostenibles de devastación.
En ese México de chocolate la economía es próspera, la
pobreza no existe y la medición oficial es el bienestar y las sonrisas de sus
habitantes, pero la realidad nos indica otra cosa, nuestro crecimiento ha sido
nulo, los habitantes día a día se hacen más pobres, y los que ya eran pobres hoy
en día no pueden acceder a un alimento que dignifique su vida, el PIB ha
registrado una caía histórica y seguimos en picada a un precipicio que cada vez
luce más y más hondo.
Para nuestros políticos la pandemia del Covid-19 (actual
situación mundial) ha sido domada y va en descenso y la gente está haciendo lo
que le corresponde para que estos números bajen, lastimosamente la verdad es
otra. Día a día rompemos récords de contagios, nuestros muertos ya superan la tasa
media de mortalidad, vivimos en un país en el que la gente es irresponsable, no
toma las medidas de precaución básicas y por si fuera poco gran parte de la población
no creé en este virus que en nuestro país ha resultado letal, ¿recuerdan el
punto anterior de la pobreza?, bueno, para este gobierno es más importante
estar en campaña y destinar los fondos a tres de sus proyectos fuertes
arriesgando la vida de quienes laboran ahí, ¿y los programas sociales?, bueno, prefieren
apoyar a los que no trabajan en lugar de apoyar a micro empresarios cuya nomina
ha devastado la falta de ingresos que se tienen, obligando a estas empresas a
cerrar y a dejar más desempleados.
Tenemos a un presidente necio, a un presidente que vive en
amlolandia, cuyos propósitos son dejar proyectos que probablemente sean
desechados en poco tiempo, que decide vetar las energías limpias porque las
máquinas de energía eólica se ven feas y destruyen el paisaje, un presidente
que se dice que apoya a las mujeres y decide al siguiente día con un plumazo casi
cancela todo el presupuesto asignado al instituto que las defiende, que fulmina
al instituto encargado de defender la flora y la fauna de nuestro país, tenemos
al presidente que decide rifar un avión pero el premio no es un avión, a un
presidente que descalifica y humilla en cadena nacional a sus secretarios,
aquellos expertos que él mismo designo, tenemos a un gobierno indolente que
decide estar más al pendiente a las elecciones del año 2021 que apoyar a millones
de personas que hoy en día sufren el abandono de aquel que en campaña dijo “los
pobres primero”, pero jamás dejó en claro que al parecer con esa frase se refirió
a que nos deja pobres primero.
Esperemos que este país de chocolate pronto se eche a perder
y puedan así mirar el desastre que han provocado, aunque me faltó decir, que
nuestro presidente está ciego, y aparentemente no se ha dado cuenta que ya no
está en campaña, al fin de cuentas es lo único que sabe hacer.
